París, Mayo de 1968. Cuando los furibundos manifestantes a excavar los adoquines del Boulevard St. Michel para utilizarlos como armas contra las fuerzas del viejo orden, llegaron a la arena que cubria la superficie bajo ellos. La tierra. Bajo el hormigón, la tierra. Bajo el entorno urbano, la naturaleza. Debajo de lo artificial, la vida.

Detrás de todos estos muros de ladrillo y hormigón, esas aburridas y gris superficies que condicionan nuestra existencia, detrás de todas estas ciudades, hay vida. Hay personas, es la naturaleza. “Raspando la superficie” es el acto de la creación realizado en formas sin vida. Es la subversión de las formas sin vida. El acto de grabar la idea de la vida en una pared, de crear la imagen de una persona, una representación iconográfica simbolica que perdure. Hacerlo eterno, trayendolo a la vida donde se supone que esta no existe. Tallandolo de lo su propia naturaleza, su diseño.